dimarts, 1 de març del 2011

Consejos para Fotografos II

Las Claves para Elegir el Papel Fotográfico Perfecto


Tienes una cámara estupenda, un objetivo bastante majete, la luz perfecta... Incluso el software que usas para el post-procesado es de lo mejor. Hasta has dedicado tiempo a calibrar perfectamente el monitor. Pero llega la hora de imprimir y el resultado no es lo que esperabas. ¿Y el culpable? la mayoría de las veces, el papel; que no es el adecuado. ¿Quieres saber cómo elegir el papel apropiado para tu mejor foto? Aquí te dejo unos cuantos trucos.

Todo Empieza en tu Tienda de Material Fotográfico

Estás en tu tienda de fotografía preferida y, seguro que por opciones no es: largos expositores que te permiten ver todo el material de impresión con el que cuentan. Entre ellos, lo de siempre: unos que están de oferta, otros que no la llevan y luego los más caros. Pues bien, en este caso no siempre lo más caro es lo mejor. Si te fijas en los manuales de instrucciones que acompañan las impresoras fotográficas, verás que cada fabricante recomienda un tipo de papel en concreto para su impresora.

Lo primero que se te puede venir a la cabeza es que los propios fabricantes pretenden aprovecharse de estos manuales para hacer su propia publicidad. Aun así, conviene leerlos con atención, porque dan información sobre parámetros que nos van a ayudar ya que tu impresora en concreto se ha hecho para aprovechar al máximo las prestaciones del papel que te sugieren. Pero, como se suele decir que "en el mercado existe un papel fotográfico para cada impresión y proyecto", vamos a ver qué podemos hacer para identificar de cuál se trata.

1. Nos Preparamos para Imprimir

Cuando ya has editado tu fotografía en el ordenador y tienes claro que esa es la fotografía que quieres imprimir, es importante que prestes atención, al menos, a dos detalles: la resolución real de la foto y el tamaño pretendido de impresión, y el tipo de papel de impresión. Hace algún tiempo te hablamos ya de la relación entre resolución y tamaño. Así que hoy nos centraremos en la elección del papel.

2. Los 5 Atributos Clave del Papel Fotográfico

Son 5 las variables que debes tener presente a la hora de elegir tu papel.

* Opacidad. ¿Puedes ver a través del papel? Si la respuesta es afirmativa, deséchalo. Cuanto mayor sea la opacidad en un papel menor será la posibilidad de que la tinta traspase el papel, evitando los molestos engorrones y la mezcla de colores. Normalmente el papel fotográfico cuenta con 94%-97% de opacidad, por lo que normalmente no tendrás que preocuparte por este problema. Sólo un detalle: préstale especial atención si pretendes imprimir por las dos caras (por ejemplo, en el caso de fotolibros).

* Brillo. ¿Cuánto de blanco tiene el color blanco? El brillo se expresa en números comprendidos entre el 1 y el 100; normalmente, los papeles fotográficos se encuentran en la decena del 90. Sin embargo, no todos marcan su grado de brillo, incluso en el mercado nos encontramos que muchas marcas utilizan escalas como: extra-blanco, brillo-blanco, etc... grados que no nos determinan exactamente cuan blanco son, por lo que la mejor opción es comparar unos con otros. Si nos fijamos, veremos que hay unos papeles que son más blancos que otros, esto no quiere decir que uno sea mejor que otro, si no que uno se adaptará mejor que el otro dependiendo de la imagen que querramos imprimir. Por ejemplo, el brillo no muy alto puede ser interesante si pretendes imprimir fotografías en los que persigas un efecto envejecido.

* Peso. ¿Realmente importa el peso? Sin duda. El peso dará importancia a tus fotos, evitará que se arruguen fácilmente y les aportará mejor apariencia. El peso se indica típicamente en g/m2. La escala en la que se encuentran la mayoría de papeles está entre los 90 y 270gr, pero al igual que la opacidad, hay marcas que utilizan su propia escala indicando por ejemplo "muy pesado" o "más pesado". En general, nos interesa optar por papeles de mayor peso. Eso sí, es importante que compruebes los rangos de papel que admite tu impresora, ya que hay impresoras que no aceptan papeles muy pesados.

* Calibre. El último de la lista. El calibre es la densidad del papel, es decir, el ancho del papel. Se mide en milímetros o en milésimas de pulgada y normalmente se encuentra entre 7-10 mm o 220-300 mm. Suele guardar relación con el peso, aunque puedes encontrar papeles del mismo calibre y diferente peso. El calibre es una variable importante a tener en cuenta para la conservación de la fotografía y la impresión de la misma. Al igual que con el peso y la opacidad, tenemos que mirar las indicaciones del fabricante para escoger un calibre adecuado a nuestra impresora.

* Acabado. ¿Mate o Brillante?. Vas a poder encontrar dos extremos de acabado: Mate y Brillante. Y una completa escalera de acabados intermedios entre ambos. Ten presente que, en ocasiones, se usan los nombres en inglés para referirse al acabado. Así que, por si no lo sabes, toma nota: acabado - finish, mate - matte, brillante - glossy.

* Papel de impresión Brillante: Es el papel de impresión que más se utiliza y, por tanto, el que es más fácil de encontrar. Se diferencia rápidamente del resto porque su superficie es brillante, gracias en gran medida al material con que se recubre: el caolin, dándonos la impresión de que el papel está mojado. El atractivo de este tipo de papel es que dota de luz a la foto y consigue imágenes más nítidas. Por contra, este tipo de papel aumenta los reflejos externos, dificultando su visión y en él se marcan las huellas de dedos o manchas con mucha facilidad. Es un papel ideal para fotos familiares, fotos para enmarcar y tarjetas de visita o como nuestro calendario 2010. Dentro de esta categoría podrás encontrar opciones con diferente nivel de brillo: alto brillo, brillo suave, brillo satinado y brillante. ¿Por cual de ellos decantarse? Me temo que aquí, no queda otra que probar. Hazte con paquetes lo más pequeños posible y prueba. Asegúrate de que el reverso del papel tenga marcado el tipo de papel de que se trata (si no, anótalo tú) para tenerlo claro a futuro y poder consultarlo.

* Papel de impresión Mate: Es un papel que se utiliza más en ocasiones especiales, por lo que es más difícil de encontrar que el brillante. Es un papel más denso y más opaco en el que el rasgo de brillo es una característica fundamental, ya que a mayor brillo mayor será la diferencia entre colores, dotándoles de mayor autonomía. Este papel se caracteriza porque no brilla y no se refleja. Es un papel más ancho y que nuestros mayores agradecerán a la hora de imprimir sus fotos antiguas. Dentro de esta categoría podemos escoger entre mate y semi-mate. Al igual que antes, realiza tus pruebas y guarda fotos en diferentes tipos de papel para poder decidir a futuro que papel elegir.

Por último, aunque no se trata de uno de los atributos fundamentales del papel, es importante que, a la hora de elegir papel te asegures de que el tipo de papel que eliges soporta el tipo de tinta tu impresora.

3. Todo Eso Está Muy Bien pero... ¿Qué Consejos Puedes Darme?

consejosResulta muy interesante dar un repaso a las propiedades del papel y enumerar todos los factores a tener en cuenta. Aun así, lo cierto es que la elección del papel ideal va a requerir que experimentes. Ahí van unos consejos para ayudarte en el proceso:

* Empieza con el papel recomendado por el fabricante. Si nunca has comprado papel lo mejor es empezar por el recomendado y a partir de él ir cogiendo papeles similares más económicos y comparar si la hipotética pérdida de calidad justifica la diferencia de precio.
* Si estás probando, compra paquetes del menor número de hojas posible. Es cierto que, cuanto más voluminoso el paquete, el coste por hoja se reduce. Pero si estás probando un tipo de papel, no te la juegues. Una vez lo hayas experimentado y sepas que es el papel que quieres para un propósito determinado podrás comprar grandes paquetes sin temor a equivocarte.
* No hay por qué elegir entre mate y brillo: los dos es mejor. Aquí suele haber para todos los gustos. Hay gente a la que le gusta más el brillo y a otros el mate. Por encima de eso, hay veces en que el papel mate es más adecuado para ciertas fotos. Así que un buen consejo es tener, al menos, un tipo de papel brillo (tú eliges el grado) y otro mate. Ya sabes: para poder jugar.
* No olvides comprar de diferentes tamaños. No tiene que ver con las prestaciones del papel, pero el tamaño es uno de esos elementos que te va a permitir jugar e imprimir fotos para diferentes usos.



Los Secretos del Revelado Digital: la Impresión


Una de las grandes dudas que asaltan a algunos usuarios de cámaras digitales es: "¿Puedo revelar mis fotografías digitales? ¿Solo puedo ver las fotos en el ordenador o en el televisor?". La respuesta es: "Si, se puede". Se pueden revelar fotos digitales, o mejor expresado, imprimir fotografías digitales, puesto que el proceso similar al revelado ya se produce en la misma cámara, existiendo varias opciones, que abarcan desde la impresión casera con una amplia gama de impresoras que van desde la más básica de chorro de tinta a color a los últimos modelos de impresoras específicas para fotografía digital orientadas al mercado doméstico, hasta la ipmresión profesional en centros de revelado.

¿A qué Tamaño Tengo que Hacer mis Fotos?

Aunque en el artículo nos centraremos en este último tipo de revelado, las nociones que aquí se explican sirven para todos los tipos de impresión o revelado. La primera duda que asalta el fotógrafo es, "¿a que tamaño tengo que hacer mis fotos?". Porque hasta ahora manejabamos un tipo de carrete, el de 35 mm (¿acaso hay más?), pero ahora nuestra cámara nos permite seleccionar distintos tamaños de fotografía, lo que podríamos equiparar de alguna manera a meter otros tipos de carretes en nuestra antigua cámara.

Para poder decidir apropiadamente, necesitamos manejar tres conceptos.

*Tamaño de la imagen

*Es el tamaño medido en número de puntos (píxels): ancho x alto

*En función de la cámara, podremos disponer de distintos tamaños, como 1024x760, 1600x1200, 2272x1704, ...

Resolución de la imagen

Se mide en puntos por pulgada (ppp; en inglés, dots per inch (dpi))

Equivalencia entre pulgada y centímetros

1 pulgada equivale a 2,54 cm.

El concepto de pixels de resolución lo tenemos todos más o menos claro, ya que comntinuamente lo aplicamos en la pantala del ordenador. Pero, ¿cómo paso esto a papel? ¿Se verá bien? ¿Hasta qué tamaño puedo imprimir? Para resolver estas dudas realizaremos unos sencillos ejercicios matemáticos.

A la hora de imprimir nuestra fotografía en papel, el tamaño final que ocupará nuestra foto dependerá de la resolución de impresión. De este modo, cuanto menos resolución apliquemos a la impresión, mayor tamaño en papel obtendremos. Pero la pregunta clave es: ¿cuál es la resolución normal a la que imprimen los centros de revelado profesionales y cual es la mínima aplicable para que el resultado sea bueno? En principio, los procesos de revelado actuales suelen conseguir un nivel máximo de resolución de 300 ppp, aunque a partir de 150 ppp los resultados pueden ser más que aceptables.

A partir de los tres elementos, generamos una fórmula que se puede aplicar para resolver la siguiente pregunta: ¿Que medída en centímetros tendrá una fotografía impresa según su tamaño en pixels y la resolución en ppp?

tamaño del papel (cm) = (tamaño fotografía (pixels) * 2,54 cm/pulgada ) / resolución (puntos por pulgada)

Ejemplos de aplicación:

Ejercicio 1. ¿Que tamaño en pixels debe tener una foto para poder imprimirla en 10x15 a 250ppp?

Aplicando la fórmula anterior, sabemos que

tamaño (pixels) = (15 * 250) / 2,54

Aplicando el cálculo, obtenemos 1476,35 pixels, lo que quiere decir que eligiendo la resolución más parecida, 1600 x 1200, cubriríamos este tamaño.

Ejercicio 2. ¿A que resolución tendría que imprimir una fotografía de 2272x1704 para imprimirla en formato 25x20 cm?

resolucion (ppp) = (2272 * 2,54) / 25

Aplicando el cálculo, obtenemos una resolución de 230,83 ppp.

El único problema del cálculo es que hemos definido subjetivamente unos rangos de resolución máximos y mínimos. Los máximos van avanzando con el estado de las tecnologías, mientras que los mínimos dependen del grado de exigencia de cada usuario: lo que para una persona se ve bien, para otra no tanto. Pero apoyándonos en las tablas de algunos centros de revelado digital y de los valores propuestos, podemos definir nuestras propias tablas.

La resolución indicada es la correspondiente al largo de la foto (p.e., 1600 -> 15)

Tabla de resoluciones

La tabla recoge el tamaño en el que aparece una imagen tomada con una resolución determinada. La calidad de representación de una imagen depende del medio. Así, si en un monitor 80 dpi (puntos por pulgada) da una calidad alta de representación, sobre papel fotográfico hay que irse a los 200 dpi para tener una calidad equivalente. A mayor densidad de puntos por unidad de superficie (mayor dpi) el tamaño real de la imagen representada será menor. Comprobemos los ratios de variabilidad con la tabla siguiente:





Guía para Hacer Fotos en el Teatro


La fotografía en obras de teatro es una de esas situaciones que se dan de vez en cuando. Situaciones sin duda complicadas, ya que los instantes que queremos recoger probablemente no se repitan y las condiciones a nuestro alrededor tampoco serán las mejores. Si estás pensando en hacer fotografías en una obra de teatro o tienes un encargo de este tipo, en este artículo te damos las claves para que puedas superar el reto lo mejor posible.

Prepara tu equipo


Como siempre que sacas tu cámara a pasear en general, y cuando vas a un evento o situación que no se volverá a repetir en particular, la preparación previa del equipo es fundamental.

No olvides de preparar todo la noche anterior. Vacía las tarjetas de memoria, carga las baterías de la cámara, limpia los objetivos y los filtros, lleva las baterías y tarjetas de memoria de repuesto, ... Si te das cuenta de que te faltaba algo dentro del teatro probablemente sea demasiado tarde.

Estudia el espacio y busca una buena ubicación


Cuando pienso en hacer fotos en un teatro estoy pensando en el plano más profesional del asunto, en aquellas situaciones en las que existe un orden establecido, el público está en sus butacas y puntualmente algún fotógrafo con los permisos necesarios tiene una libertad limitada para hacer una serie de fotos en ubicaciones y momentos concretos de la obra.

Analiza el espacio que tienes en el teatro, desde qué puntos podrías hacer mejores fotos y qué visibilidad tienes desde allí. Piensa en lo que quieres sacar, en las distancias focales que necesitarás para poder hacer esas fotos que deseas, y si tu objetivo dispone de esas focales para poder hacer fotos desde ese punto con garantías.

No mires solo al pie del escenario o en los laterales, y comprueba si dispones de algún anfiteatro desde el que poder sacar planos generales de la escena. Puede que en distintos momentos de la obra puedas hacer fotos desde ubicaciones diferentes.

Si se trata de una situación más informal, de tipo Festival del Colegio, la situación probablemente sea radicalmente distinta, con todos los padres con sus cámaras en un "¡Sálvese quien pueda!"

En ese caso solo podrás elegir una ubicación. Ve pronto, coge un buen sitio y cruza los dedos para que salga lo mejor posible el asunto.

Se respetuoso


Recuerda que estás en un espectáculo en el que, por un lado, hay unos profesionales (o aficionados) trabajando, que se han esforzado lo suyo para poder llegar a ese momento; y hay una serie de espectadores que quieren disfrutar de la obra sin distracciones.

Así que se respetuoso, no interfieras en la visión entre el espectador y el actor y, en definitiva, no hagas nada que haga que el centro de atención pase a ser tu persona en lugar de la obra.

Estarás haciéndolo bien si nadie se fija en ti y pasas completamente desapercibido.

-Configura tu cámara

Prohibido el flash


Por motivos obvios, el flash suele estar prohibido en este tipo de espectáculos, así que no cuentes con él en esta ocasión.

Si está prohibido su uso, asegúrate de desactivar el flash de la cámara para que no se dispare accidentalmente en alguna foto. Puedes buscarte un problema y conseguir que la sesión finalice de inmediato.

Como las condiciones de iluminación no serán tan buenas como cuando hacemos fotos al aire libre, tendremos que jugar con los parámetros de la cámara para conseguir hacer buenas fotos en unas condiciones de iluminación más pobres y que nuestras fotos queden correctamente expuestas.

Prioridad al tiempo de exposición

En este tipo de situaciones me gusta usar el modo de prioridad al tiempo de exposición.

De este modo, fijo en la cámara las condiciones de velocidad que considero necesarias para que la foto no salga trepidada según la distancia focal que use y para poder congelar el instante (o recoger el movimiento dado el caso).

Al forzar el tiempo de exposición, hay que ser especialmente cuidadoso con el resto de parámetros para garantizar que las fotos salgan correctamente expuestas.

Medición de la luz


Las fotos de las obras de teatro son una de esas situaciones en las que suele funcionar mejor un modo de medición de la luz distinto del promediado, ya que se suele trabajar a oscuras y hay focos que iluminan zonas concretas del escenario. Si usamos el modo por defecto (matricial), corremos el peligro de que las zonas de más interés de la fotografía aparezcan quemadas.

Por ello, es preferible probar con modos de medición como el puntual o el promediado al centro para asegurarnos de exponer correctamente aquellas zonas de la foto que consideremos de especial interés.

Apertura

Al dar prioridad al tiempo de exposición, si la iluminación de la escena es tenue, nuestro objetivo tenderá a usar las aperturas mayores posibles (número f más pequeño).

Vigila especialmente que tu cámara no indique que con la apertura máxima la foto sale subexpuesta.

Sensibilidad ISO


Si, como decía, la apertura máxima de tu objetivo no es suficiente para exponer correctamente en los tiempos de exposición que pretendas, no te quedará más remedio que subir el ISO.

Las cámaras cada vez soportan más el ruido eléctrico y permiten disparar con ISOs altos con garantías, pero aún así es bueno que conozcas bien tu cámara para saber hasta qué ISO puedes subir obteniendo unos resultados razonablemente buenos.

Vigila el histograma

El mejor indicador que tendrás durante la sesión será el histograma.

Mantente pendiente de la representación tonal de las fotos que vayas haciendo para detectar que los parámetros de tiempo de exposición, apertura del diafragma y sensibilidad ISO son adecuados y los resultados son satisfactorios.

Un buen entendimiento del histograma y una consulta continua del mismo te evitarán disgustos posteriores cuando pases las fotos al ordenador.

Entonces, ¿qué objetivo necesito?


Como habrás podido intuir, si las condiciones de luminosidad son muy exigentes, los objetivos más luminosos son los que mejor responderán en esta situación.

Un objetivo con gran apertura no solo te permitirá hacer fotos en condiciones de menos luz sin tener que subir tanto la sensibilidad ISO sino que además te permitirá enfocar con más facilidad, ya que muchas veces la capacidad para usar el enfoque automático en condiciones de poca luz suele ser superior en objetivos luminosos.

-Las fotos

Saca algún plano general


Puedes empezar con alguna foto de planos generales. Ayudarán a dar un poco de contexto a la obra, viendo como queda el escenario completo, y servirán de introducción al resto de fotos algo más centradas.

Lo ideal: dos cámaras

Si te dedicas profesionalmente a esto o tienes la suerte de contar con un par de cámaras, te puede interesar hacer uso de las dos.

Con las dos cámaras preparadas podrás trabajar con focales muy diferentes teniendo ambas cámaras preparadas en función de la situación.

¿Y qué tal una cámara fija?


Si tienes un acceso privilegiado al recinto y las condiciones de seguridad son buenas, puedes plantearte dejar esa segunda cámara en una ubicación fija.

Utilizando por ejemplo un trípode y dejando la cámara preparada con un encuadre del escenario completo, puedes estar haciendo fotos a pie de escenario y disparar la cámara fija con un disparador con intervalómetro. Te permitirá cubrir el evento desde dos puntos sin necesidad de moverte de tu posición.

Los ajustes posteriores


¿Creías que tu trabajo había terminado al finalizar la obra de teatro?

Me temo que no. Dentro del flujo de trabajo deberías incluir dar un buen repaso a las fotografías en el ordenador.

Vigila especialmente la temperatura del color por si tienes que ajustar el balance de blancos.

Comprueba también el estado de las luces y las sombras de las fotos, ya que probablemente puedas hacer alguna mejora del rango tonal con el ajuste de niveles o de curvas.

En función de la sensibilidad ISO que hayas utilizado finalmente, es probable que te venga bien trabajar la reducción de ruido.

Este tipo de ajustes no te quitarán mucho tiempo y probablemente te permitan mejorar el aspecto final de las fotos.

8 Consejos para Hacer Fotos en la Nieve


1. Vigila las baterías


Es normal que el frío afecte al rendimiento de la batería de tu cámara. Existe una explicación científica por la cual las baterías se consumen más rápido en estas condiciones, e independiente de los motivos, sería una gran faena el que te puedas quedar sin hacer buenas fotos por culpa de que te quedes sin batería.

Así que lo mejor es que cuando salgas a hacer fotos a la nieve te lleves las baterías de la cámara bien cargadas y de paso mantengas un juego de baterías de reserva a una temperatura adecuada por si acaso las necesitas.

Si fuere necesario que cambiaras las baterías a mitad de la sesión, vigila especialmente la operación de cambio para que la cámara quede lo menos expuesta posible en el proceso.

2. Deja que la cámara se aclimate

Ni la electrónica ni la óptica se llevan bien con los cambios bruscos de temperatura.

Por ello, es recomendable que cuando saques tu equipo en condiciones extremas le dejes "aclimatarse un poco" antes de ponerte a hacer fotos como un loco.

Si puedes, espera un par de minutos después de sacar la cámara de la bolsa antes de ponerte a hacer fotos.

3. Vigila la subexposición


Sin duda, la parte más delicada de las fotos en la nieve es la relacionada con los problemas de subexposición que se suelen dar.

El exposímetro de la cámara normalmente está configurado para hacer una medición promediada pensada en escenas en las que existe un equilibrio natural entre las luces y las sombras.

Cuando estamos realizando fotos en la nieve, es razonablemente normal que las luces predominen sobre las sombras, existiendo mucha más luz o tonos claros en nuestra composición.

Debido a esta predominancia de los tonos claros, y si no hacemos nada por evitarlo, el exposímetro de la cámara tiende a medir de forma que obtenemos como resultado fotos subexpuestas.

Una posible solución es ajustar la compensación de la exposición de la cámara de forma que sobreexpongamos uno o dos saltos y así compensemos la subexposición debida al modo de medición utilizado.

Otra opción es cambiar el modo de medición por defecto y seleccionar un modo de medición puntual, tomando la información de una zona nevada.

4. Aprovecha las primeras horas de la mañana

El amanecer es bueno en general para hacer muchos tipos de fotos, a pesar del frío en este caso, porque las condiciones de la luz ayudan mucho al resultado final.

Pero además, en el caso de las fotos de la nieve, salir pronto a hacer fotos nos ayudará a encontrar nieve virgen, aún sin pisar, que nos permitirá plasmar la belleza asociada a este elemento.

Si nos descuidamos y salimos un poco tarde, sobre todo si estamos en zonas algo concurridas, el blanco de la nieve se puede convertir pronto en un tono marrón devido al trasiego de personas.

5. Evita el flash


Salvo que la situación exija el uso del flash de relleno para compensar un contraste fuerte en el objeto en primer plano, lo mejor es tratar de evitar el uso del flash directamente sobre la nieve.

La proyección de una fuente de luz adicional sobre un elemento de por si tan luminoso puede echar al traste el resultado esperado, perdiendo detalle y dejando una gran masa blanca en la foto.

6. Busca nieve virgen

Ya te decía unas líneas más arriba que la nieve sin pisar puede ser un elemento muy evocador.

La nieve recién caída sobre elementos familiares da una visión muy especial de esas situaciones tan cotidianas que sin duda conseguirán dar un punto de interés adicional a nuestras fotos.

7. Apoyate en las huellas y busca el ángulo


Para evitar que tu foto de la nieve se convierta en una masa blanca uniforme, será bueno que busques elementos que contengan detalle suficiente.

Puedes aprovechar cosas como rastros o huellas en la nieve, aprovechando las líneas trazadas para mejorar tu composición y jugando también con las sombras proyectadas sobre las huellas para dar volumen y textura a la composición.

8 ...y cuida tu cámara

Como seguro que querrás seguir haciendo buenas fotos por mucho tiempo, cuida muy bien tu cámara.

No olvides que los copos de nieve rápidamente se convierten en agua, y el agua no es una buena compañera de tu equipo fotográfico.

Así que, mientras estés haciendo fotos en la nieve, vigila el entorno y evita en lo posible que la nieve caiga sobre la cámara y que ésta se pueda mojar.

Así podrás seguir compartiendo tus mejores fotos con nosotros.

La Técnica "Zooming": Introduciéndonos En La

Fotografía



Se trata, concretamente, del Zooming, o también llamado Efecto Zoom. Una técnica que, como su nombre indica, hace uso del zoom de tu cámara para lograr crear una sensación de movimiento, bien de acercamiento, o bien de alejamiento del sujeto fotografiado. ¿Quieres saber más sobre esta técnica?, ¿qué necesitas para aplicarla?, ¿en qué consiste?, etc.

Lo primero que vamos a hacer para hablar sobre esta técnica es conocer qué accesorios necesitaremos para poder realizarla con nuestra cámara.

Sí, está bien, seguro que muchos de vosotros conocéis cómo lograrla con aplicaciones como Photoshop, Gimp o, qué se yo.

Y es cierto, puede simularse con muchos de esos programas, pero hoy estamos decididos a lograr el efecto con la única ayuda de nuestra cámara y algunos accesorios más, de modo que presta atención para ver si tienes todo lo que necesitas.

¿Qué Necesito Para Aplicar Esta Técnica?


Para poder aplicar esta técnica en tus fotografías, además de, por supuesto, una cámara, deberás contar, también, con un objetivo de tipo zoom que te permita variar la distancia focal.

Además del objetivo zoom, es muy recomendable contar con un trípode. Aunque, como puedes ver en la foto de la derecha, en ese caso no se ha hecho uso del mismo.

¿Y por qué necesitas un trípode y un objetivo zoom? Tranquilo, cuando te cuente en qué consiste la técnica, verás por qué disponer de estos dos accesorios resulta imprescindible para aplicarla. Ten paciencia, todo llega.

¿En Qué Consiste el "Zooming"?


El zooming es una técnica que consiste en realizar una toma con un tiempo de exposición alto, el diafragma lo suficientemente cerrado y, lo más importante, en la que, durante el tiempo que el obturador permanece abierto, se varíe la distancia focal del objetivo.

Con esto, conseguimos que en la imagen se creen unas líneas convergentes que llevan la atención del observador hacia el centro de la fotografía y que, aportan a la escena una curiosa sensación de movimiento y dinamismo, propia de las líneas convergentes.

¿Entiendes ahora por qué es necesario un objetivo de tipo zoom? Es obvio, sin uno de estos objetivos no podrás modificar la focal.

En el caso del trípode, su uso puede parecer más accesorio. Si bien, si no usas trípode y el tiempo de exposición es demasiado prolongado o tu pulso no muy firme, corres el riesgo de obtener una foto trepidada, en lugar de lograr el efecto buscado.

Por tanto, reafirmo mi recomendación de que cuentes con cámara, objetivo zoom y trípode.

Algunos Consejos Y Recomendaciones

Aunque la base de la técnica es bien sencilla, ya has visto que he podido describirla sin problemas en un único párrafo, lograr un buen resultado requiere paciencia y, sobre todo, cierta pericia y experiencia con esta técnica.

Para ayudarte en tu proceso de dominio del zooming, te voy a proporcionar algunos consejos que, sin duda, te serán de ayuda:

*La forma habitual de proceder es partir desde focales más cortas a más largas. Con esto consigues "acercar" al observador hacia el centro de la fotografía. Aunque, como siempre, esto está abierto a que experimentes y pruebes a desafiar las reglas o convenciones.

* Las distorsiones que producen los objetivos gran angulares y súper gran angulares los hacen muy propicios a la hora de aplicar este tipo de técnicas.
* Busca escenas con luz escasa. Ten en cuenta que el tiempo de exposición será prolongado, por lo que deberás buscar escenas con baja iluminación o ayudarte de accesorios como filtros de densidad neutra para evitar "quemar" tus fotos.

* ¿Recuerdas las fotografías sobre light trails (o estelas de luces)? Las luces son elementos muy agradecidos siempre que se les concede, en fotografía, un mayor tiempo de exposición. El caso del zooming no es una excepción, de modo que busca tomas con fuentes de luz como bombillas, faros, semáforos, adornos... Obtendrás muy buenos resultados.
* Si no tienes un objetivo de tipo zoom o tu cámara no te permite modificar la distancia focal mientras disparas, o simplemente te apetece conocer otra variante, también puedes mover la cámara alejándola o acercándola mientras se realiza el disparo. Eso sí, debes tener en cuenta que el movimiento inducido no será tan claro como el que se logra moviendo el zoom.

* Valora la velocidad a la que modificas la focal. Si quieres estelas más progresivas, necesitarás un movimiento más comedido y pausado. Por el contrario, si quieres estelas fugaces, deberás variar la focal muy rápido.
* Considera el tiempo que permanece el objetivo en una focal u otra mientras está abierto el obturador. En función de la escena que desees que sea la base de la fotografía, deberás mantener mayor tiempo el objetivo en la focal más corta, o más larga, o una intermedia.
* Prueba introduciendo el flash en sus distintos modos de disparo.

El último de los consejos es, como siempre, que pruebes, pruebes, pruebes y, por supuesto, que vuelvas a probar. Varía el tiempo de exposición, la velocidad con la modificas la focal, la distancia focal de partida y la de fin...

Sólo así podrás llegar a controlar y dominar esta técnica y pasar a conseguir el efecto que realmente estás buscando y no aquel que, sin saber por qué, te proporciona tu cámara.

Descubre el Significado de las Líneas y Mejora Tu

Composición Fotográfica


Las líneas que podemos encontrar en las fotografías son un elemento muy poderoso que, con un poco de práctica, nos permitirá añadir distintas sensaciones a las imágenes, además de ser un recurso muy útil a la hora de guiar la vista de quien contemple nuestras fotos. Para acabar de afianzar los conceptos, cuando pienses en cómo jugar con las líneas en tus fotos, no olvides los siguientes consejos.



Horizontales, Verticales, Diagonales

Las líneas en fotografía se pueden dividir en tres grandes grupos según su dirección. Estos grupos son los formados por las líneas horizontales, las líneas verticales y las líneas diagonales. Cada tipo de línea genera un impacto visual diferente, y en el futuro deberías buscarlas antes de disparar cuando compongas tu foto.

Ten Paciencia: Lleva su Tiempo

Aprender cómo usar las líneas en fotografía no es algo que ocurra de repente. Este proceso de aprendizaje requerirá la dedicación de tiempo y práctica hasta que controles su uso. Un buen modo de practicar y trabajar el uso de líneas es revisar fotos antiguas que hayas hecho en el pasado, analizando en qué imágenes las líneas han funcionado y en cuales no lo han hecho.

Desarrolla tu Ojo

La próxima vez que salgas con tu cámara, antes de encuadrar tu foto, analiza con detenimiento qué líneas tienes delante y cómo puedes utilizarlas para aportar algo a la foto, de modo que juegen a tu favor, no en tu contra. Busca también las líneas que formen patrones que puedan resultar interesantes, de modo que acentuen la foto.

Guía Definitiva para Fotografiar Gotas de Agua


¿Tienes en casa un barreño, una bolsa de plástico y tu equipo fotográfico a mano? Si, es lo que estás pensando. Vamos a fotografiar gotas de agua. ¿Lo has probado alguna vez? Si no lo has hecho, este es el momento. Y si ya lo habías probado, puede que descubras algo nuevo con este artículo. No te lo pierdas y en un rato conseguirás hacer fotos de gotas de agua como las que has visto siempre por ahí. Es realmente sencillo.



Los materiales que vamos a necesitar


* La cámara de fotos. Bueno, es obvio que necesitaré una cámara de fotos, pero lo que si es necesario que sepas es que la cámara debe permitir ajustes manuales. Vamos a tener que ajustar el tiempo de exposición, por lo que si usamos un modo de disparo totalmente automático no podremos garantizar el resultado.
* Un trípode. Vamos a dejar fija la cámara, por lo que necesitaremos fijarla con un trípode bien sólido. (ummm, otro motivo más para tener un buen trípode. Si no tienes trípode aún, en su momento explicamos cómo conseguir un buen trípode por menos de 50 euros)
* Una solución de iluminación. Vamos a disparar el flash remótamente. ¿Recuerdas el kit Strobist básico de 80 euros? Con un flash y los triggers será suficiente (No dejes de hacer la prueba si estos son los únicos componentes que te faltan).
* Un disparador remoto. Si disparamos pulsando el botón de la cámara probablemente transmitamos vibraciones a la cámara aunque esté fijada al trípode.
* Una cubeta o un barreño de agua.
* Una bolsa de plástico pequeña.
* Un folio o una cartulina.
* Un boligrafo o un lápiz o una varilla.
* Algo de espacio para trabajar.
* Tiempo libre...
* ... y un poco de paciencia.


El montaje del equipo

Busca una mesa donde colocar la cubeta con agua y fija el trípode al suelo, de modo que la cámara quede a la altura de la cubeta, un poco por encima de ella.


Coloca el folio por detrás de la cubeta. Con ello crearemos un fondo uniforme y nos servirá además para rebotar la luz del flash.

Busca algo donde fijar la bolsa de plástico por encima de la cubeta, a una cierta altura. Puede ser una estantería, o un flexo al que fijes la bolsita con una pinza. Las gotas las dejaremos caer desde la bolsa a la cubeta, con lo que manteniendo la bolsa colgada en un punto fijo conseguiremos controlar que la gota caiga siempre en el mismo sitio, con lo que no tendremos que preocuparnos de enfocar más de una vez.

Asegurate de que la bolsa queda bien fijada. Si durante el ejercicio se desprendiera y cayera desde lo alto a la cubeta puede salpicar mucho agua y tu cámara puede salir mal parada.

Puedes usar una de esas bolsas pequeñas que tienen un sistema de cierre basado en una especie de cremallera plástica. Si no tienes ninguna, puedes usar una bolsa normal a la que llegado el momento le haremos un agujero para que salga el agua, aunque tiene el inconveniente de no permitir controlar el flujo.

Antes de fijar el trípode comprueba que todo el montaje está en orden y que las gotas caen en el punto elegido.

Situa el flash en un lateral, apuntando al papel usado como fondo, de forma que la luz quede rebotada. Conecta el trigger y el receptor en flash y cámara y comprueba que funciona.

Ahora ya estás en disposición de colocar la cámara y el trípode y conectar el disparador remoto a la cámara.

La configuración de la cámara


Lo primero que debemos hacer es fijar el enfoque de la cámara. En esta ocasión trabajaremos con el enfoque manual.

Para esto es para lo que necesitamos el bolígrafo.

Como hemos fijado nuestro montaje de modo que las gotas siempre caen en el mismo sitio, con ayuda del bolígrafo fijaremos el enfoque. Para ello introducimos el boligrafo (o el lapiz, o la varilla; el objeto que tengamos a mano) en el agua dejando la mitad fuera, justo en el punto en el que cae la gota, de modo que tengamos un punto fijo para el enfoque. Una vez enfocado ya podemos retirar el bolígrafo.

La parte esencial a tener en cuenta de cara a la configuración de los parámetros de la cámara es el tiempo de exposición.

Necesitarás un tiempo lo suficientemente pequeño como para congelar el movimiento. En mi caso he usado 1/160.

Puedes usar una apertura media. Haz pruebas, ya que dependiendo de la focal que uses y la distancia de la cámara al agua la profundidad de campo variará.

Y a partir de ahí, a hacer fotos.


Pulsa el botón de disparo cuando veas que cae la gota. Cuando hayas hecho varios intentos irás cogiendo el momento exacto en el que debes pulsar.

Revisa en la pantalla de tu cámara que la foto se ha realizado correctamente y sobre todo comprueba que la velocidad y la exposición son las adecuadas.

Eligiendo la cubeta

Las formas que van a ir teniendo las gotas de agua dependerán fundamentalmente de la forma de la cubeta, la profundidad, y la altura desde la que hagamos caer las gotas de agua.

Es preferible que utilices una cubeta o un barreño antes que un plato, porque si la profundidad es insuficiente no conseguirás que las gotas adquieran las formas tan características al salpicar, y en lugar de eso lo que probablemente consigas es una salpicadura horizontal que acabe mojando tu equipo.

En cualquier caso, como es un accesorio que deberías tener por casa, lo mejor es que te des una vuelta identificando posibles accesorios que puedan servir para tu fin. Antes de realizar todo el montaje llenalos de agua y prueba a dejar caer gotas para tratar de identificar las formas que dibujan en el aire.

Haciendo Fotografías de Gotas de Agua como un Profesional

La primera de las claves para conseguir aspectos muy interesantes en tus gotas de agua es la iluminación.

En fotografía la luz lo es todo, y probablemente ya hayas descubierto que en función del ángulo y el tamaño de la luz las formas y su aspecto varían considerablemente.

Por ello, no te quedes con el esquema básico de iluminación que hemos usado y haz tus propias pruebas, situando la fuente de luz en otros puntos, rebotándola de otra manera e incluso usando varias fuentes de luz diferentes si puedes.

La segunda clave es el fondo.

Para el ejercicio hemos usado un folio en blanco, pero puedes probar con cartulinas de colores u otros materiales que puedas encontrar por casa. El aspecto final de las fotos dependerá del color de la cubeta y el color de fondo que hayas utilizado.


Variantes con gotas de agua

Otra idea para practicar con el mismo montaje (muy parecido) es dejar caer gotas de agua en objetos. Por ejemplo, puedes crear una composición con alguna pieza de fruta y aplicar la misma técnica, dejando caer siempre las gotas en el mismo punto. Frutas como peras, manzanas o melocotones combinan muy bien con el agua (en general, cualquier fruta que se pueda comer con piel y lavemos antes de llevarla a la boca) por la asociación de frescura y limpieza.

También puedes probar dejando caer cubos de hielo o frutas dentro de vasos.